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Uno de los problemas más habituales que me encuentro cuando tengo que enfrentarme a un proyecto de reparación de fachada es el de la necesidad de reparación de cantos de forjado en algún punto dañado por la oxidación de los armados del hormigón. Ocurre sobretodo en edificios antiguos (algunos no tanto) que presentan los cantos de forjado en el plano de fachada sin un revestimiento mayor que un enfoscado o incluso únicamente una simple capa de pintura aplicada sobre el mismo hormigón.
Cantos vistos poco protegidos, bordes de balcones, zonas donde se ubican macetas, casetones de ascensores que no se mantienen sus cubiertas… en definitiva hormigones que sufren una elevada agresividad ambiental que acaba por penetrar en su interior hasta alcanzar los armados más superficiales provocando su oxidación y por lo tanto rotura de la pieza de hormigón.
Suele ser bastante alarmante para la comunidad de propietarios que detecta la presencia de grietas en sus fachadas, aunque en demasiadas ocasiones no se actúa a tiempo en cuanto se detecta, lo que provoca que lo que podría solucionarse de manera muy rápida y económica acaba haciendo necesario reparar los cantos de los forjados de una manera mucho más cara y compleja, que no complicada.
Como digo no es un trabajo complicado, pero si que requiere que se tenga en cuenta algunos aspectos importantes para que la reparación del canto del forjado se ejecute de una manera efectiva, resolviendo realmente el problema y no dejándolo tapado, oculto tras un enfoscado de mortero y pintura como ocurre en algunas ocasiones.
En este post pretendo enumerar y explicar los pasos necesarios para realizar correctamente la reparación de cantos de de forjados en fachadas, así que si os parece me meto en materia.
Lo primero. Localizar
Puede parecer fácil, ves una grieta en el canto de un forjado y… voilá, ahí hay un problema. Sí, es posible, pero ¿qué ocurre con el resto de las zonas que pueden estar afectadas?
En muchas ocasiones, cuando se detecta la grieta típica en una zona del forjado, es muy posible que en alguna otra zona se esté produciendo también la oxidación, pero no se ha manifestado todavía al exterior y por lo tanto no lo podemos detectar a simple vista.
Pero entonces ¿Qué hacemos?
Si estamos en obra no hay problema, tenemos un andamio montado y albañiles con la herramienta necesaria para poder comprobar las superficies de hormigón expuestas (simplemente golpeando para ver si el hormigón suena hueco o se desprende)
Sin embargo, a nivel de proyecto nos encontramos en el edificio con una libretita (en mi caso un iPad, ya sabes, jejeje) y poca herramienta para poder picar y comprobar todas las zonas.
Una de las opciones es plantear a la comunidad la necesidad de hacer catas en todas las superficies que pudieran estar afectadas para poder definir la medición dela manera más acertada posible, sin que aparezcan sorpresas durante la obra.
También se podría plantear un ensayo mediante imagen termográfica, ya que de esa manera se podría ver las zonas que presentan algún tipo de discontinuidad o separación de la base. Que el hormigón esté separado del acero o que se haya quebrado provoca leves cambios en la temperatura superficial que pueden ser captados por un buen equipo de termografía.
En caso de que no se consiga ninguna de esas inversiones por parte de la comunidad no queda otra que hacer una inspección visual lo más detallada posible, intentando comprobar todas las zonas y luego tener en cuenta en las mediciones de proyecto alguna partida de comprobación y un gran margen de superficie a reparar para no quedarnos cortos.
Llegar al problema. Picar el hormigón
Bien, ya hemos localizado el problema y además ya hemos comprobado toda la superficie que puede estar afectada, ahora tenemos que picar el hormigón dañado hasta alcanzar el refuerzo de acero interior.
No solo tenemos que picar hasta alcanzar la superficie del acero, sino que es importante picar también por la parte de atrás del acero, de manera que todo el perímetro de la barra quede al descubierto y con espacio suficiente (2-2,5cm) para poder eliminar por completo el óxido de la barra en la próxima fase.
En el sentido longitudinal hay que picar hacia los extremos hasta que encontremos la zona no oxidada del acero, ya que si queda alguna zona con oxidación volverá a producirse el problema que estamos reparando, así que merece la pena poner cuidado para no tener que hacerlo dos veces.
Podría darse el caso de que la oxidación haya hecho perder demasiada sección resistente al acero, es decir, que ya no tenga el diámetro que se calculó como necesario , sino que se haya reducido por efecto de la oxidación (en torno al 10% de pérdida). En ese caso habría que tomar otro tipo de medidas, pero mejor lo dejamos para otro post para no liarnos ¿ok?
Limpiar perfectamente
Cuando ya ha quedado todo el acero oxidado al descubierto hay que proceder a eliminar por completo todo el óxido de las barras antes de proceder a la reparación de cantos de forjado.
La mejor manera de hacerlo es mediante chorro de arena, aunque tiene el inconveniente de producir muchísimo polvo y por lo tanto precisa equipamiento específico para los trabajadores y protección para los viandantes de la calle.
Existen otras opciones, pero lo más habitual es cepillar la barra con un cepillo de púas metálicas hasta eliminar por completo el óxido en todo el perímetro (recuerda, importante, también por detrás).
También es importante limpiar la superficie del hormigón que ha quedado al descubierto tras el picado, ya que si quedan restos de polvo podría dificultar el agarre de las capas que colocaremos para reparar.
Proteger
Ahora que ya no tenemos óxido en la armadura, el objetivo es que no vuelva a producirse, por lo que aplicaremos productos sobre la misma que impida (o dificulte) que vuelva a ser atacada por la oxidación. Esto debería hacerse lo antes posible después de haber limpiado el acero (en algunos libros pone unas 4 horas como máximo), ya que tenemos un acero totalmente expuesto con riesgo de volver a oxidarse si no es protegido de inmediato.
Normalmente se utilizan inhibidores de corrosión aplicados sobre todo el perímetro de la barra de acero, aunque también hay otros métodos como convertidores de corrosión, colocación de cátodo de sacrificio (de zinc) o una pintura de barrera para impedir que le alcancen la humedad y el oxígeno que son los que provocan la oxidación (también los cloruros)
También es interesante proteger la superficie de hormigón que ha quedado expuesta, por un lado para mejorar la adherencia con las capas que aplicaremos (puente de unión), pero por otro lado para impedir que el acero, una vez protegido hacia el exterior, pueda verse atacado químicamente desde el interior por los cloruros.
Restaurar la geometría
Ha llegado el momento de rellenar el hueco, es decir, volver a darle forma al hormigón que hemos picado para poder acceder a la armadura y repararla.
Puede hacerse con mortero cementoso normal, aunque es preferible que el producto que utilicemos para reponer la geometría original garantice ciertos requisitos, como por ejemplo que tenga un PH alto (mayor de 10) para que ofrezca una mayor protección a la armadura contra la oxidación, así que es mejor utilizar morteros específicos, ya predosificados para cumplir con este requisito.
Además del requisito del PH alto es también importante que tenga una alta adherencia con el acero y con el hormigón para garantizar el trabajo en conjunto con lo ya existente, ya que en caso contrario sería más importante si cabe utilizar el adhesivo que he mencionado antes (puente de unión).
Otra característica que debe cumplir este mortero de reparación es que debe tener una retracción prácticamente nula, ya que de lo contrario se producirían fisuras entre el hormigón viejo y el mortero colocado en el perímetro de la reparación, lo que facilitaría la entrada de agentes exteriores hacia el interior del hormigón y volvería a aparecer el problema al poco tiempo. Además, si se produce retracción se podría perder la adherencia con la superficie de hormigón que habíamos picado y con el acero, con lo que se perdería el trabajo en conjunto que necesitamos.
También la porosidad del hormigón endurecido influirá en la durabilidad de la reparación, así que es conveniente que el mortero utilizado garantice poco poro para evitar la entrada de agentes externos al núcleo del hormigón.
Como ves son muchas las características que debe cumplir este mortero, por lo que no parece tan aconsejable utilizar un mortero hecho «a ojo» in situ, sino que es mucho mejor utilizar alguno de los productos específicos que nos ofrece la industria para garantizar la correcta reparación.
Acabado
Si la reparación que se ha ejecutado hasta ahora se ha realizado bien, no es una fase que vaya a influir en la durabilidad de la reparación, sino más bien en el acabado estético, ya que al fin y al cabo se trata de dejarlo todo tal como estaba antes de producirse el problema.
Este acabado puede ejecutarse con el mismo mortero de reparación utilizado para el relleno, ya que muchos de ellos ya tienen incluso una granulometría que permite un acabado fino que puede quedar visto, aunque en otras ocasiones se coloca un enfoscado tradicional para luego protegerlo con pintura o con el revestimiento de la fachada.
Conclusiones
La más evidente es que cuesta más reparar que evitar, así que si eres contratista de esos que no le da importancia a los recubrimientos del hormigón, que sepas que la consecuencia de tu mala ejecución hoy hará que en el futuro (no muy lejano) se tenga que realizar una reparación sobre lo que tu has ejecutado. ¿No te haces llamar profesional? Pues que se note y lo tengas en cuenta.
Si eres el técnico que proyecta la reparación, no escatimes en investigar todas las zonas que puedan verse afectadas, sería una lástima actuar en una zona y que al poco aparezca el daño en otra diferente. No creo que sea una buena imagen para los vecinos que ya han pagado una reparación, mejor hacerlo todo de golpe.
Si eres el vecino que ha detectado una pequeña fisura, quizá no sea nada, pero cúrate en salud y acude a un técnico para que pueda comprobar si es necesario actuar. El poco dinero que te gastes ahora con el técnico te lo ahorrarás en reparaciones. Seguro.
Además, en este caso, si ya ha decidido la comunidad hacer una reparación, no contactéis primero con un contratista. Tarde o temprano será necesario que actúe un técnico (proyectos, licencias, permisos) así que cuanto antes lo haga, mejor. Así podrá definir perfectamente la solución que necesita el problema que se encuentre, no la que sepa ejecutar el contratista sin tener en cuenta todas las circunstancias. y podrá asesoraros sobre la mejor solución e incluso la elección del contratista más adecuado.
Si tu edificio está por la zona de Valencia no dudes en ponerte en contacto conmigo y estaré encantado de poder asesorarte. Si no es nada te lo diré, pero si veo el menor indicio de problema haremos un seguimiento para evitar problemas futuros. Quédate tranquilo.
Espero que te haya gustado el post, si es así no dudes en compartirlo con tus contactos en redes sociales.
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Estupendo artículo Enrique, como comenta el compañero Juan Antonio después de leerlo da la sensación que puedes afrontar este tipo de reparación sin duda alguna.
Quería preguntarte una duda que no trata exactamente de este tema pero si de la protección de las armaduras. Al ejecutar un muro pantalla hay algún método para asegurar el recubrimiento de la armadura del extrados? O tal vez no es de suma importancia ya que ese por ese lado no le puede atacar el dióxido de carbono ya que está cubierto de terreno.
Saludos y enhorabuena por el trabajo.
Enhorabuena Enrique.
El artículo está tan bien explicado que da la sensación de que cualquiera puede reparar un forjado deteriorado.
Claro, conciso y detallado. Un placer aprender contigo.
Un saludo.
Qué ocurre, caso típico de viviendas de veraneo, cuando en el frente del forjado del balcón lo que hay es una vigueta de hormigón autorresistente afectada por continuas filtraciones y además aluminosis?
En mi último proyecto he optado por extraer dicha vigueta sustituyéndola por otra equivalente tratándola con morteros y pintura anticarbonatación.
La alternativa era reparar integramente la base de la vigueta y reforzar con perfil metálico por debajo lo cual me dejaba una vigueta «medio nueva, medio vieja» y además un refuerzo visto caro.
Además he planteado la retirada del pavimento en una banda de 80 cms ( la más expuesta al agua de lluvia ) la cual impermeabilizaré y repavimentaré.
La alternativa era retirar integramente el pavimento de los balcones ( voladizos de 2,30 mts ) e impermeabilizarlos por completo lo cual también resulta económicamente inviable.
Gracias por compartir tu solución, lo de las filtraciones es una verdadera lacra para el hormigón
Es necesario, evitar que el agua de lluvia o del riego de las jardineras o macetas, siga afectando en el futuro la reparación de las zonas afectadas.
¿Como?, realizando una albarda con vuelo y goterón que nos saque o desvíe el agua, así mismo yo recomendaría
que el nuevo enlucido utilizara hidrorepelentes, y se armara con fibra de vidrio.
Muy buena sugerencia, gracias Ferrán
Muy Buen post Enrique¡¡¡ Claro y conciso¡¡¡. No obstante, me gustaría añadir que muchas veces es IMPRESCINDIBLE antes de reparar, saber las causas que han producido la corrosión del armado, ya que muchas veces se realizan actuaciones sin saber si la causa principar es porque el hormigón está carbonatado y ha perdido su capa pasivante o es por la presencia de ion cloruro…..o ambas. Esto es determinante, ya que una mala elección del tipo de reparación suele degenerar en la aparición de nuevas zonas afectadas, zonas que antes no estaban atacadas por cloruros, por ejemplo, pasen a estarlo…por lo que ensayos de cloruros y fenoftaleina son esenciales, además de las catas
Buena apreciación José, en caso de existencia de cloruros en la masa del hormigón viejo cómo actuarías a diferencia de un hormigón carbonatado? Con un mortero de reparación específico ?