Ayer participé en un juicio como Perito Judicial en Valencia y te puedo asegurar que fue uno de los más duros en los que he participado, no solo por la duración de la vista, de la que salimos a las siete de la tarde tras haber hecho únicamente un descanso de 5 minutos para ir al baño en todo el día, ni siquiera para comer, sino porque presencié como se despellejaba a los peritos de una de las partes, uno de los riesgos que se corren cuando no se enfoca con total objetividad los informes que se presentan... Os cuento.
El procedimiento trataba sobre las lesiones que presenta desde el inicio un complejo residencial de una envergadura ya importante, con gran cantidad de viviendas, zonas comunes, piscina... en definitiva un montón de metros cuadrados construidos que presentaban, sin duda algunas lesiones de mayor o menor importancia.
Os podéis imaginar la gran cantidad de partes que estaban implicadas en el procedimiento, allí éramos un montón de gente, entre los que nos encontrábamos 7 peritos, 2 de ellos de parte de la comunidad, 3 de parte de los técnicos que intervinieron en la ejecución y dos peritos judiciales entre los que me encontraba yo mismo.
Los peritos de la parte de la comunidad tuvieron la tentación de ver muchas lesiones pero objetivizar pocas, valorando un coste de reparación a mi entender elevadísimo (tras haber estudiado el caso y haber hecho mis propias valoraciones). Esto es una de las tentaciones más peligrosas que debemos evitar cuando actuamos como peritos de parte, mayorar los daños.
Aunque cuando se le entrega el informe al cliente, éste se pone contentísimo por la gran cantidad de dinero que sus peritos han conseguido "justificar" en su informe, no le estamos haciendo ningún favor, pues cada uno de los puntos que expongamos en el informe debe ser justificado y, sobretodo, justificable. Ya comentaba en un artículo anterior sobre Toma de Datos para Informes Periciales, que debemos objetivizar nuestras conclusiones para evitar lo que les pasó a los peritos de esta parte, que les fueron rebatiendo una a una casi todas las partidas que se reclamaban, no por que no existieran (que en muchos de los casos no existían) sino porque no fueron objetivos en sus descripciones y valoraciones.
Aunque el cliente considere que existe una lesión sobre la que quiere reclamar, le hacemos un flaco favor si lo incluimos en el informe sin una justificación técnica que lo corrobore, que haga ver de manera inequívoca que existe una lesión y que tiene una causa. De lo contrario siempre nos podremos encontrar enfrente a peritos que expongan también sus opiniones técnicas, igual de injustificadas, pero descritas con mayor acierto, convenciendo a un juez que, no lo olvidemos, no tiene ni idea de lo que le estamos contando.
Muchos fueron los fallos que a mi entender cometieron los peritos. En primer lugar el que os comentaba, incluyeron lesiones que sí, muchas de ellas lo eran, pero no terminaron de dejar técnicamente clara la descripción y la causa, por lo que acabaron siendo la mayoría rebatidas por el resto de peritos. Además, cayeron también en la tentación de generalizar unas lesiones que eran evidentemente puntuales en la mayoría de los casos.
En segundo lugar no localizaron las lesiones en zonas concretas, se limitaron a decir que existían pero sin concretar, lo que llevó a que en algunos casos el resto ni siquiera las encontráramos, lo que llevó al tribunal a pensar que no existían (flaco favor para el cliente) aunque estoy convencido algunas de las que no encontramos estaban, pero ni ellos mismos supieron situarlas en zonas concretas. En un complejo del tamaño del que teníamos entre manos es importante este punto, pues no es fácil encontrar ciertas lesiones en tal cantidad de metros construidos a no ser que se especifique claramente donde se encuentra.
Tampoco midieron nada, ni objetivizaron las conclusiones. Se refirieron en muchas ocasiones a normativas, a tolerancias, a máximos y mínimos, pero en ningún caso aportaron datos concretos, lo basaron todo en opiniones técnicas tras inspección visual. Claro, el resto de peritos hicieron mediciones en los puntos en que les convenía y presentaron los datos, por lo que volvieron a poner en evidencia las opiniones vertidas en el informe presentado.
Pero lo que a mi entender resultó más grave y, sobretodo, más perjudicial para los propietarios del complejo (clientes de estos peritos que comento) fue la valoración que realizaron de la reparación de las lesiones. Fue una valoración totalmente desproporcionada, con actuaciones y reparaciones innecesarias, lo que se suele decir "matando moscas a cañonazos". Valoraron la reparación de lesiones puntuales actuando en zonas completas, de manera que una humedad puntual la resolvían reparando un muro completo... ¡¡¡por si acaso!!! No, así no...
La actuación de estos peritos tuvo consecuencias que comparto con vosotros, con la esperanza de que sirva mi experiencia para que no os suceda lo mismo. En resumen lo que consiguieron fue, en primer lugar, meter en un procedimiento enorme a la comunidad de propietarios, con unos costes de procedimiento desproporcionados con la realidad de las lesiones, por lo que ahora tendrán que hacerse cargo de los costes de todo el procedimiento, de 7 peritos, 8 abogados, costas judiciales... en definitiva un montón de dinero que podrían haberse ahorrado si hubieran estado mejor asesorados por sus peritos (no ha salido sentencia, pero dudo que ganen)
En segundo lugar consiguieron desacreditarse a ellos mismos durante el juicio, pues tal como iban el resto de peritos rebatiendo las lesiones que reclamaban sin haberlas justificado correctamente, iban perdiendo credibilidad ante los magistrados, lo que les pone en predisposición de poner en duda otras conclusiones que sí que podían haber ganado si se hubieran limitado a informar sobre las objetivamente justificables. Perdieron la razón en los puntos que quizá si que la tenían por culpa de querer agrandar la reclamación sin justificación.
En tercer lugar, tuvieron que pasar por un "baño" de preguntas, un ataque continuo que realizaron los peritos y los abogados de las otras partes, ya que según iban viendo que caían una y otra vez en contradicciones y en falta de justificación, se iban creciendo al mismo ritmo que los peritos se iban empequeñeciendo bajo los argumentos de sus oponentes en la sala. Acabaron estando acorralados, cayendo una y otra vez en argumentos poco consistentes, atacados por oponentes que se sabían ya ganadores y se dedicaron a machacarlos, se ensañaron desacreditándolos una y otra vez, asegurándose de que al magistrado le quedaran bien claras las incongruencias que iban encontrando.
En definitiva, acabó siendo un triste espectáculo pugilístico en el que cayeron por KO,
Evidentemente, no os deseo a ninguno de vosotros que os ocurra lo mismo que a estos compañeros (al fin y al cabo compañeros), así que por favor, no tengáis la tentación de agradar a vuestros clientes con informes cargados de lesiones y grandes cantidades reclamaciones económicas, no le hacéis ningún favor y os exponéis a que os hundan durante el juicio y, lo que es más grave y les pasó a los clientes de estos peritos, en las partes que tenían la razón seguramente la perdieron.
Aquí os dejo mi reflexión y mi experiencia vivida, no me la quiero quedar para mi solo, sino que quiero compartirla para que os sirva también a vosotros. Si la compartes quizá le sirva también a tus contactos.
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