Huellas de la dejadez en la construcción

Con la cámara a cuestas… dejadez en la construcción

Hace tiempo que no escribía en la sección de «con la cámara a cuestas» y le tenía ganas, así que en cuanto ví la imagen que os muestro enseguida se puso en marcha mi cerebro pensando lo que os podía contar en relación a lo que estaba viendo.

Sí, seguramente no es para tanto, diréis muchos, lo sé, pero cuando uno es un poco tiquismiquis le dan rábia este tipo de cosas que, a pesar de no tener demasiada trascendencia (no se nos va a caer la escalera), son una muestra de la dejadez que en muchísimas ocasiones nos encontramos en el mundillo de la construcción.

Con lo poco que cuesta hacer las cosas bien.

Lo malo es que no se aprecia la excelencia, la profesionalidad, el gusto de hacerlo bien por la satisfacción de no haber podido hacerlo mejor.

Bueno, a todo esto sabéis qué es lo que se ve en la foto, ¿no?

Huellas de la dejadez en la construcción

Huella de sargento de barandillas sobre hormigón fresco

Efectivamente, se trata de la huella dejada por un «sargento» apoyo de barandillas del sistema de protección de borde durante la ejecución de la escalera de hormigón.  El sargento se colocó y apretó cuando el hormigón todavía no había endurecido (seguramente al día siguiente de hormigonar) y, al no haber colocado una madera entre el hierro y el hormigón para repartir la presión, éste último acabó marcando la forma del sargento cuando se apretó para sujetar la barandilla.

Lo de poner la madera me lo han discutido en multitud de ocasiones y por desgracia nunca había tenido una imagen tan clara para poder justificar mi criterio, aunque posiblemente tampoco les serviría porque «¿qué más da que se marque? total, si lo vamos a tapar con el suelo«.

(Por cierto, of topic, ¿por qué el técnico que dirige una obra tiene que justificar sus órdenes? Esto da para un post completo.  Ahí lo dejo)

Pues sí, se va a tapar con el suelo, pero mis razones para pedir siempre que se ponga una madera (tanto arriba como abajo) no son simplemente evitar las marcas que puedan dejar (que luego veremos que pueden tener también consecuencias más allá de la estética), sino que también las exijo para garantizar el apriete de las barandillas, ya que apretar un elemento rígido (sargento) contra otro elemento rígido (hormigón) va a acabar aflojándose rápidamente, lo que no le haría nada de gracia a alguno que se apoyara pensando que es una barandilla segura.

Si interponemos una madera entre ambos elementos rígidos podemos estar tranquilos de que el apriete realmente va a durar muchícimo más, evitaremos sustos, estaremos más tranquilos y ganaremos tiempo revisando los aprietes de las barandillas.

Rizando el rizo, si se mojara la madera una vez colocada ya sería la leche, pero eso ya es mucho pedir.

A todo esto… ¿En qué estaría pensando el que lo quitó? Porque seguro que le costaría arrancar el sargento de dentro del hormigón endurecido, vamos, que seguro que se dio cuenta.  ¿Porqué no lo reparó o avisó a alguien para que lo hiciera?…  Seguramente pasó más tiempo maldiciendo el tiempo que estaba perdiendo para quitar ese sargento que pensando que podría repara la marca que había dejado.

Porqué pasan estas cosas

Hay varias razones que se me ocurren para «justificar» de alguna manera que no se preste atención a este tipo de cosas, que se dejen pasar sin que les duela ver que algo no está lo mejor que podría estar.  Os cuento las que se me ocurren y luego vosotros completáis la lista en los comentarios ¿vale?:

  1. Falta de profesionalidadNo me preocupo de conocer perfectametne cómo hacer mi trabajo de la mejor manera posible y además no escucho sugerencias para hacerlo todavía mejor.
  2. Falta de tiempo.  Sabemos de la presión que provocan los destajos (malditos destajos) en la construcción.  Si pierdo tiempo reparando esto no puedo estar haciendo metros de otra cosa.
  3. Falta de planificaciónNo pongo maderas porque cuanto hay que ponerlas nadie ha pensado que deberían estar ya en el tajo.
  4. Falta de formaciónNadie me ha explicado que hay que poner la maderita ni se me ocurren las razones de porque debería ponerla.
  5. Economía mal entendidaNo estoy dispuesto a comprar maderitas para esta chorrada.
  6. Simple dejadezSé que la tengo que poner, pero paso de ponerla… me canso.  Esta es la peor.

Consecuencias

No nos engañemos, las consecuencias no son graves.  Vamos, que no se va a caer la escalera por culpa de esto, pero nadie me negará que bien no está, podría estar mejor.  Eso es evidente, pero, más allá del fallo estético ¿hay alguna otra consecuencia independientemente de la gravedad que pueda tener?

A mi juicio sí.

Cuando se ejecuta un elemento de hormigón cuidamos (deberíamos cuidar) muy bien la porosidad (ya lo comentaba en los post anteriores sobre cuidados del hormigón) y el recubrimiento de los armados para evitar que el ambiente exterior pueda alcanzar al armado interior del hormigón e iniciar un proceso de oxidación.

Bien, pues en este caso no es que le estemos facilitando la entrada al contacto con el acero, sino que le estamos abriendo una enorme puerta para que en este punto se inicie la oxidación y en poco tiempo empiecen a marcarse manchas de óxido.

No solo se ha reducido el espesor de recubrimiento en ese punto, llegando seguramente a estar el hierro a la vista dentro de la grieta (el sargento se hundiría hasta que chocara con el tope que le haría el corrugado), sino que además hemos creado un «cuenco», un recipiente para que el agua de lluvia (esto está a la intemperie) pueda quedarse dentro de la grieta e ir actuando poco a poco hasta oxidar el acero.

Una lástima ¿no crees?  Tanto cuidar el hormigón porque va a quedar visto, colocando perfectamente los separadores, vibrando cuidadoramente, haciendo un buen curado del hormigóntodo para que llegue un capullo y se deje una madera por colocar.

Como diría alguno… ¡Manda huevos!

No me voy a poner a analizar las grietas que aparecen alrededor de esta «huella», pero me temo que alguna relación puede haber.

Conclusiones

Muchos habréis llegado hasta aquí con la conclusión de queme paso de tiquismiquis.  Vale, sí, lo reconozco, quizá esto es hilar muy fino pero ¿no os encantería que cosas tan tontas no ocurrieran? simplemente por el gustazo de ver que cuando una cosa se puede hacer mejor, se haga sin pensar en si va a tener consecuencias graves o no, solo por el gusto de hacerlo bien.

A mi me pasa, quizá estoy enfermo, pero me gusta hacer las cosas lo mejor que puedo.


 Si te ha parecido interesante no olvides compartirlo con tus contactos en las redes sociales, quizá a alguno de ellos también le interese. Gracias.

Alario Arquitectura técnica en Valencia. Arquitecto Técnico en Valencia

4 Respuestas a Con la cámara a cuestas… dejadez en la construcción

  1. Aparejador Manuj 23 enero, 2015 en 13:16 #

    Aporto más, Patricia 🙂
    «-Antes con los hierros que llevan los cimientos ya se hacía toda la casa»
    «-Con tanto hierro la estructura revienta»
    O el mejor:
    «-Antes, cuando se marchaba el técnico sacábamos la mitad de los hierros y los guardábamos para la siguiente placa»…

  2. Sergio Cayetano 20 enero, 2015 en 16:02 #

    Antes de nada enhorabuena por el blog y tus aportaciones.
    Yo soy un estudiante de último curso (creo que ya lo he mencionado en alguna ocasión) y no creo que ni tiquismiquis ni perfeccionista sino la palabra es responsable. Responsable con tu trabajo y tus obligaciones.
    Para mi, tu y muchos de tus compañeros a los que sigo por las redes desde hace relativamente poco sois un claro ejemplo de cómo hay que hacer las cosas: Bien, sin más. o al menos lo mejor que uno sepa siempre desde la mejor formación e información posible.
    Seguid así, ojalá muchos más supieran razonar y hacer lo que es debido no lo más rápido o barato.
    Un saludo.

  3. Manolo Galvez Ramirez 19 enero, 2015 en 14:24 #

    Hola Enrique, nuevamente felicidades por tu post (todos geniales) y yo al igual que tu no diria tiquismiquis sino PERFECCIONISTA, soy de la opinion que para hacer las cosas mal mejor no las hago…intento tener tambien el maximo de cuidado en mis obras pero como bien dices siempre hay un «capullo» que se salta a la torera nuestras directrices…ya acerte en facebook que la marca era de un sargento…precisamente a mi como Jefe de Obra y por el poco personal que tengo en la misma me todo poner todos los sargentos perimetrales del edificio y a mi no se me paso lo de la «maderita».

    Saludos y sigue con esta labor divulgativa de nuestra querida profesion.

    un abrazo amigo¡¡¡

  4. Patricia 19 enero, 2015 en 11:59 #

    (Por cierto, of topic, ¿por qué el técnico que dirige una obra tiene que justificar sus órdenes? Esto da para un post completo. Ahí lo dejo)

    Y más con los cambios de normativa que estamos sufriendo estos últimos años… ¡a mí me miran hasta raro! Que si soy muy exigente…

    ¿Por qué poner aislamiento en medianera? ¡Nunca se ha hecho!

    ¿Por qué poner una lámina de impermeabilización bajo solera?

    ¡Que cantidad de hierro habéis calculado! Vaya sobrecoste…

    Las visitas de obra se convierten en una defensa continua de decisiones de proyecto, de obra y de seguridad… y de explicación de la normativa…

    En fin… lo dicho… otro post completo!

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