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Se que muchos de vosotros habeis echado de menos una de mis secciones favoritas del blog, «con la cámara a cuestas«, así que tras unas cuantas semanas sin escribir sobre lesiones o curiosidades en edificios que me voy encontrando, me he decidido a volver a la carga con ello.
Ya estuvimos viendo en un artículo anterior algunos problemas de humedades en fachadas y también problemas que acababan derivando en humedades. Esta vez no me voy a centrar en un solo edificio, sino en un problema que en muchas ocasiones no se le presta demasiada atención, ya que en principio no es causa de lesiones importantes en los edificios, pero que evidencia una mala ejecución y una falta de cuidado en algunos puntos, ya sea por causa de indefinición en proyecto, falta de control en ejecución o falta de conocimiento de quien ejecuta… Seguramente un poco de cada, unido a la locura edificatoria de los últimos tiempos, que nos dejaba poco margen para pararnos a pensar. Se trata de remates en fachadas destinados a evitar humedades en la misma.
Como comentaba, a corto plazo este tipo de problemas no produce lesiones directas sobre los edificios, pero de todos es sabido que el agua es el principal enemigo de la construcción (como bien recalcaba José Moriana recientemente en el curso de patologías que he cursado con él), por lo que éstos elementos de remate que vamos a comentar son fundamentales para alejar el agua de las fachadas y evitar así problemas estéticos a corto plazo, pues a nadie le gusta tener manchado su flamante nuevo edificio, pero también problemas que pueden ser más graves a largo plazo.
Aunque los daños estéticos pueden no considerarse como lesiones, incluso en muchas ocasiones son desestimados como reclamación a los promotores, no hay duda que para el que se ha gastado un buen dinero en su edificio es un tema importante que el mismo se encuentre bonito, limpio y sin manchas en fachadas, ya que aunque en ocasiones no llegue a afectar a la habitabilidad de la propia vivienda, si que puede llegar a afectar a el valor de la misma, pues la mala imagen de un edificio repercute en parte sobre el valor que el mismo pueda llegar a alcanzar ante posibles compradores. En algunas ocasiones, los daños estéticos pueden ser tan llamativos como los que podeis ver a continuación.
Como se puede ver claramente, no creo que a los vecinos de éste edificio les haga mucha gracias que alguien haya decidido colocar en ese punto la evacuación de aguas de la cubierta…!!!
Llevo tiempo con la intención de escribir un post sobre éste tema, por lo que he venido observando fachadas con humedades y he podido comprobar que, en la mayor parte de las ocasiones, los problemas de humedades y manchas en fachadas son ocasionados por la mala ejecución de remates o vierteaguas, precisamente los elementos encargados de cumplir la importante misión de alejar todo lo posible el agua del plano de la fachada. Pero como siempre, lo mejor es ir por partes, así que vamos a concretar.
Remates superiores de muros y balcones
Este elemento es el encargado de evitar el contacto directo del agua de lluvia sobre la cara superior de muros, fachadas o cierres de balcones, impidiendo que pueda alcanzar a otros elementos más importantes o bien degradar los materiales de los que el muro en cuestión esté compuesto.
Como comentaba antes, el agua es el principal enemigo de los materiales de construcción. En casi todas las ocasiones en las que he actuado como perito de parte o perito judicial para el estudio de lesiones en edificios, una de las causas que ha provocado la lesión es el agua, de una manera o de otra. Los materiales de los muros y de las fachadas suelen llevar componentes aglomerados, morteros, monocapas, cementos y en definitiva materiales que precisan del agua para su funcionamiento, pero que una vez puestos en servicio, pueden verse afectados por la misma en forma de descomposición química de componentes, lavado, erosión… Todas estas causas pueden llevar a provocar lesiones en el edificio a largo plazo, pero sobretodo, lo más evidente, es el daño estético que se le produce al edificio.
Además de los daños comentados, es indudable que una excesiva humedad en esta zona de la fachada puede llegar a provocar problemas de humedades en el interior de las viviendas a poco que el agua encuentre el más mínimo hueco para entrar. Por ello, una de las principales normas en la edificiación es «mantener el agua alejada«. Para ello, hay que ejecutar bien los elementos de remate que estamos comentando.
Normente, cuando se encuentran problemas de éste tipo, el remate ha sido mal ejecutado. Las piezas deben volar lo suficiente para que el agua se separe del plano de fachada. Además, debe llevar una ligera pendiente, de manera que el agua gane velocidad para salir y no se quede estancada en la parte superior de la pieza, ya que de esta manera tenderá a escurrir por debajo del remate hasta alcanzar el plano de la fachada.
Además del vuelo, el remate superior de fachada debe contar con un goterón en su parte inferior, de manera que corte el camino del agua hacia el plano de fachada por la parte inferior de la pieza de remate. Hay que tener en cuenta que el agua, gracias a su tensión superficial, puede recorrer esta parte inferior pegada, colgando literalmente, empujada por el viento o por la ausencia de pendiente suficiente hacia el exterior, así que la presencia del mencionado goterón es fundamental para cortar el camino del agua hacia la fachada y evitar el contacto del agua con la misma.
Otro de los problemas que he observado es el de las manchas en diente de sierra. En la anterior foto se puede apreciar levemente el efecto, aunque no es el mejor ejemplo que he visto. Desgraciadamente, en ese momento no llevaba la cámara (que raro) por lo que no os puedo mostrar una imagen más clara. El fallo al que me refiero es el de la falta o deficiente rejuntado de las piezas de remate, acompañadas por la falta de impermeabilización de la parte inferior, lo que provoca las mencionadas manchas en diente de sierra, es decir, que la mancha baja más justo en los puntos donde se encuentra la junta. Además, en este caso, la mancha suele aparecer más sucia si cabe que en el resto de casos, ya que arrastra la suciedad que queda atrapada en dicha junta y la lleva hasta la fachada, por lo que una preciosa y bien diseñada fachada puede quedar totalmente arruinada por una horribles manchas negras que deslucen totalmente el diseño.
Cornisas
Al igual que los remates superiores de fachada, nos encontramos en ocasiones con cornisas en las fachadas que sufren éste tipo de problemas de manchas en su superficie. Las cornisas, esos elementos salientes del plano vertical de una fachada, cumplen en muchas ocasiones una función de protección solar, aportando sombra al interior de las viviendas de manera que queden protegidas del exceso de insolación en determinadas orientaciones. En otras muchas ocasiones, la función de la cornisa puede ser estética, pensada por el Arquitecto proyectista para romper un plano, marcar una línea o definir una planta.
En todas las ocasiones, además de la función de protección o la función estética de la cornisa, hay que darle una correcta solución constructiva a la misma, de manera que éste elemento no desluzca el diseño propuesto. Lo malo es que colocar goterones o pendientes en un elemento de diseño no acaba de quedar «bonito» en algunos casos, por lo que se prefiere que quede como podemos ver a continuación.
Por supuesto habría sido fácil evitar las manchas de muchas maneras, o al menos evitar que el agua escurriera hacia una zona vista, ya que el problema se agrava por la gran cantidad de suciedad que se acumula en la parte superior de las cornisas y que es arrastrada por el agua, manchando todavía más si cabe el frente.
Vierteaguas de Balcones
Este es quizá uno de los puntos que más rabia me da y que más problemas funcionales he observado que ocasiona. Éstos vierteaguas son los encargados de eliminar el agua que se pueda acumular en balcones o terrazas cerrados por muros o elementos ciegos para evitar que la misma se estanque y pueda provocar problemas de impermeabilización o sobrepasar los niveles de las puertas de acceso a dichas zonas, evitando así que el agua pueda entrar al interior de la vivienda.
Al igual que sucedía con el remate superior de fachada, además de evacuar el agua del interior de balcones y terrazas, debe hacerlo bien, es decir, evitando que el agua que evacua entre en contacto con la fachada. Para ello debe estar ejecutado de manera correcta para «lanzar» y alejar el agua todo lo posible del plano de la fachada.
Para cumplir con la misión comentada, alejar el agua de la fachada, la primera condición debería ser que el mismo elemento de evacuación se encuentre lo suficientemente alejado de la misma. Es fundamental este punto, ya que me he encontrado muchos casos en los que el vierteaguas no era tal, sino más bien un agujero enrasado con el propio plano de la fachada por donde salía el agua del interior, pero desde luego no realizaba ninguna otra función de todas las mencionadas.
Además de tener una longitud suficiente, lo que equivaldría al mencionado vuelo de los remates superiores de fachada, debe tener un goterón que corte el camino de vuelta del agua hacia la fachada. Se trata de un pequeño corte en el plano inferior, una sencilla hendidura que evitará el contacto del agua con la fachada. El goterón, además de existir, pues en la mayoría de piezas prefabricadas existe, debe estar a la distancia suficiente del plano de fachada para evitar que al caer, se encuentre tan cerca, que un pequeño soplido de viento pueda llevar la gota hasta la fachada.
Esto debería ser perfectamente conocido por todos los encargados de su colocación, pero en demasiadas ocasiones no solo no es conocido, sino que es discutida la orden de colocación de esa manera. Como he comentado en otros artículos, por desgracias el nivel de formación del sector sigue dejando mucho que desear. Tanto es así, que muchos de los trabajadores que están ejecutando nuestras viviendas no conocen la función de los elementos que van a colocar, sustituyéndolos en ocasiones por otros, pensando equivocadamente que cumplen la misma función siendo más baratos. Es por ellos que me he encontrado muchas veces con conducciones de PVC o secciones rectangulares de aluminio colocadas como vierteaguas, sin ningún tipo de inclinación, goterón, vuelo ni nada parecido.
Incluso en ocasiones en las que se escoge correctamente la pieza específica, ésta no se coloca adecuadamente, como ocurre en la anterior imagen en la que la inclinación de la pieza no es la adecuada y ha llegado a provocar manchas en la fachada.
No sabría decir exactamente cual puede ser la causa, pero de todos los elementos que estamos viendo, los vierteaguas de evacuación de balcones y terrazas son los que he observado que más lesiones funcionales provocan en las fachadas. Además de las manchas y humedades que hemos estado viendo, en el caso de éstos vierteaguas se producen lavados y erosiones en los materiales de revestimiento.
Seguramente será causado por el carácter puntual del problema, es decir, cuando el agua contacta con la fachada lo hace siempre en el mismo punto, debajo del vierteaguas, por lo que acaba atacando en mayor medida ese punto y provocando la lesión, aunque como toda lesión, ésto debería ser estudiado mucho más a fondo y desde luego particularizado para cada edificio en concreto.
Lo que si es verdad es que las lesiones pueden llegar en ocasiones a presentar aspectos como los que podeis ver a continuación.
Como habéis podido ver, obviamente las lesiones no van a provocar el fallo del edificio, pero son los suficientemente importantes para que se cuide durante la ejecución el origen de sus causas, es decir, la correcta colocación de vierteaguas.
Vierteaguas de ventanas
Los problemas que presentan los vierteaguas de ventanas son en su mayoría muy parecidos a los que ya hemos estado viendo, con soluciones similares, es decir, vuelo suficiente, goterón, inclinación, etcétera, por lo que no voy a extenderme demasiado en ellos.
Si quiero destacar uno de los problemas que me resultan más tontos y más fáciles de solucionar. Se trata de las manchas que se producen en los laterales de los vierteaguas de ventanas. Al igual que hemos comentado anteriormente, preciosas fachadas diseñadas con esmero para ser bonitas, llamativas o incluso artísticas pueden verse empañadas por horribles manchas en los laterales de las ventanas debidas a un problema tan estúpido como una falta de pendiente en los vierteaguas. Esta falta de pendiente hace que el agua, en vez de evacuarse rápidamente por el frente del vierteaguas, alejándose de la fachada, lo haga con mucha menos velocidad, lo que hace que el agua que se encuentra en los laterales no tenga tiempo de salir por delante y lo haga por los laterales, arrastrando a su paso la suciedad existente sobre la pieza de vierteaguas y depositándola sobre el plano vertical de la fachada al entrar en contacto con él.
También, como se ve en la foto, una incorrecta solución en la junta entre piezas de vierteaguas provoca manchas en la parte inferior, por lo que es aconsejable escoger siempre piezas enteras o cuidar muy bien la junta e impermeabilizar o sellar la misma.
En cuanto a solucionar el problema de las manchas por el lateral, afortunadamente ya se comenta algo en el Código Técnico de la Edificación CTE, en el que se obliga a que éstas piezas tengan al menos 10º de inclinación hacia el exterior, con lo que el agua ganará velocidad y direccionalidad hacia el exterior.
No obstante, existen en el mercado gran cantidad de piezas que lo resuelven de manera definitiva, ya que la sección de dichas piezas sube en los laterales, evitando que el agua pueda escaparse en ese punto.
Desde luego, estos problemas que os comento tienen en todos los casos muy fácil solución, aunque de tan fácil que es todo el mundo las obvia de tal manera que es uno de los defectos más habituales en la construcción en los últimos años. Tan obvia es que no se suele mencionar ni detallar en el proyecto, desde luego en muchas ocasiones no se controla durante la ejecución por ser un tema «menor», ya tenemos un montón de cosas importantes de las que ocuparnos. Por desgracia, un despiste tan grande por parte de los técnicos de la obra sería de agradecer que el buen hacer de los oficiales y trabajadores encargados de la colocación subsanara el desliz, pero no contamos en estos tiempos con demasianda mano de obra que tenga el oficio suficiente ni se paren a hacer bien este tipo de cosas que tan claras tenían los oficiales y encargados de antaño. ¡¡¡Maldita sea, que bonita profesión se está perdiendo!!!
Moraleja
La edificación es un todo, y como tal, cualquier elemento por pequeño que sea debe ser mimado y colocado correctamente para que pueda cumplir su función en el conjunto.
¿Crees que los problemas que hemos visto debería estar previstos en proyecto, controlados durante la ejecución o bien crees que deberían ser parte del buen hacer de quien lo ejecuta? Me encantaría conocer tu opinión, así que espero vuestras respuestas a través de los comentarios.
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